¿Cómo manejo las peleas entre hermanos?
Una de las quejas más comunes de las madres, padres y cuidadores es la pelea entre sus hijas e hijos. El conflicto hace parte de la vida comunitaria y es irreal pretender que no existan confrontaciones en los grupos de personas. Sin embargo, los conflictos familiares pueden convertirse en oportunidades de crecimiento y de desarrollo de nuevas habilidades para las hijas e hijos.
La actitud de las madres, padres y cuidadores frente a los conflictos familiares es básica para su resolución y aprovechamiento. Con un abordaje calmado, neutral y maduro del adulto, las peleas entre hermanos pueden llevar al desarrollo socioemocional y al aprendizaje de herramientas de negociación, trabajo en equipo y resolución de conflictos, que les permitirán a futuro enfrentar exitosamente diferentes situaciones de la vida social.
Gracias a la sensibilidad de los adultos y al conocimiento de cada una de sus hijas e hijos, las madres, padres y cuidadores podrán saber cómo intervenir en distintos momentos para lograr los mejores resultados, siempre con la mentalidad del desarrollo de habilidades para la vida.
En muchos casos, los adultos cuidadores debemos ignorar pequeñas confrontaciones y salirnos de la escena: marcharnos y no actuar, y esperar que las hermanas y hermanos puedan encontrar soluciones conjuntamente. El problema de interferir rápidamente y entrar a dirigir y solucionar los problemas entre hermanos es que muchas veces las madres, padres y cuidadores no sabemos lo que pasó al inicio, juzgamos y terminamos tomando partido por una de las hijas o hijos, con lo que los vamos poniendo en posición de víctimas o victimarios, etiquetando, siendo injustos y actuando a favor de una parte. Esto afecta negativamente la autoestima de cada uno, las relaciones familiares, promueve la competencia y la rivalidad entre ellas y ellos.
Cuando la situación ya se pone difícil y el problema aumenta en lugar de resolverse, los adultos podemos intervenir
siguiendo estos pasos: